Silverstone - "De la sociología de la televisión a la sociología de la pantalla: Bases para una reflexión glogal - Comunicación I - Cátedra Mangone
Una sociología de la pantalla
La Pantalla
La pantalla es el foco de la vida social y cultural del hogar.
Es el punto donde las culturas pública y privada se encuentran, donde se funden la información y el entretenimiento, las identidades individuales y sociales, etc.
Pero nada de esto es determinante: lo determinante es pensar en la pantalla no sólo como un objeto material, un producto de la tecnología, sino un objeto social y simbólico. La sociología de la pantalla tiene como punto de inicio la pantalla como objeto físico, pero tiene como punto final las relaciones sociales que se establecen. alrededor de la pantalla.
La pantalla se convierte en el foco de esta sociología por:
- Su papel central en la cultura del hogar.
- Su papel central en el sistema de tecnologías domésticas.
- Su doble articulación: la pantalla como objeto (comprado para el consumo) y la pantalla como transmisor significados, que también son consumidos.
El hogar
Es el punto de partida de esta sociología de la pantalla. Es donde las rutinas y la vida cotidiana se forman y sostienen. También es donde la identidad individual y la seguridad están fijadas en el espacio y el tiempo.
Sobre el tema de la rutina y la tecnología el autor introduce el término de "seguridad ontológica", la cual expresa la autonomía del control corporal, ya que éste control está garantizado por la rutina cotidiana en el tiempo y en el espacio.
El tiempo: en la vida doméstica es múltiple (tiempo del calendario, nación, de todos los días, de la vida). La programación de las emisiones televisivas están diseñadas para acoplarse al patrón de un día determinado.
El espacio: es también múltiple. La geografía física del hogar se extiende y se realza según las actividades e intereses de sus miembros.
El tiempo público y el espacio público se sobreponen al tiempo privado y al espacio privado. La televisión es uno de esos instrumentos de la superposición.
Por todo esto la sociología de la pantalla requiere estar bien asentada en la fenomenología de la vida cotidiana y del entorno doméstico.
Tecnología
El uso que damos por sentado de la televisión tiene que ser percibido como un logro que ha requerido tanto una formalización social de la producción de la tecnología en sí misma, como una formalización de su comercialización y su uso.
La sociología de la pantalla necesita tener en cuenta las formas en las que las tecnologías han sido socialmente configuradas. Las tecnologías son objetos simbólicos que están constantemente sujetos a un reconstrucción, a la afirmación o al rechazo y a una articulación múltiple, ya que su importancia y su propósito aparecen con su utilización cotidiana en los diferentes hogares (diferentes por su cultura, clase social, composición, etc).
Mediación y consumo
El telespectador es considerado de forma creciente como un participante activo de los temas y traumas de la televisión. Su compromiso activo proporciona un reto importante no sólo para la investigación académica, sino también, para la investigación de audiencias televisivas cuyo objeto sería asesorar a los realizadores de programas sobre lo que ocurre frente y alrededor de la pantalla.
Ver la televisión implica un compromiso, una adaptación a la cultura pública.
Un mejor entendimiento del consumo de los significados de la televisión no puede ser divorciado de un entendimiento de la dinámica del consumo como una globalidad dentro de la sociedad moderna.
Pantalla: no sólo el lugar desde el cual se transmiten los significados, sino que por sí misma está llena de sentido. Consumimos tanto los temas como las tecnologías.
Producción y regulación
La sociología de la pantalla también requiere una contextualización de la televisión dentro de la dinámica de una integración vertical y horizontal de las industrias de los medios.
La televisión por cable proporciona no sólo un cambio cuantitativo (más canales) sino también un cambio cualitativo. Esto define un nuevo reto para la sociología de la pantalla: ¿Qué tipo de libertades, para quienes, bajo qué circunstancias y con qué consecuencias serán generadas gracias a este entorno cambiante y a los usuarios que en número creciente utilizan con más frecuencia las teconologías de la comunicación y la información.
La Pantalla
La pantalla es el foco de la vida social y cultural del hogar.
Es el punto donde las culturas pública y privada se encuentran, donde se funden la información y el entretenimiento, las identidades individuales y sociales, etc.
Pero nada de esto es determinante: lo determinante es pensar en la pantalla no sólo como un objeto material, un producto de la tecnología, sino un objeto social y simbólico. La sociología de la pantalla tiene como punto de inicio la pantalla como objeto físico, pero tiene como punto final las relaciones sociales que se establecen. alrededor de la pantalla.
La pantalla se convierte en el foco de esta sociología por:
- Su papel central en la cultura del hogar.
- Su papel central en el sistema de tecnologías domésticas.
- Su doble articulación: la pantalla como objeto (comprado para el consumo) y la pantalla como transmisor significados, que también son consumidos.
El hogar
Es el punto de partida de esta sociología de la pantalla. Es donde las rutinas y la vida cotidiana se forman y sostienen. También es donde la identidad individual y la seguridad están fijadas en el espacio y el tiempo.
Sobre el tema de la rutina y la tecnología el autor introduce el término de "seguridad ontológica", la cual expresa la autonomía del control corporal, ya que éste control está garantizado por la rutina cotidiana en el tiempo y en el espacio.
El tiempo: en la vida doméstica es múltiple (tiempo del calendario, nación, de todos los días, de la vida). La programación de las emisiones televisivas están diseñadas para acoplarse al patrón de un día determinado.
El espacio: es también múltiple. La geografía física del hogar se extiende y se realza según las actividades e intereses de sus miembros.
El tiempo público y el espacio público se sobreponen al tiempo privado y al espacio privado. La televisión es uno de esos instrumentos de la superposición.
Por todo esto la sociología de la pantalla requiere estar bien asentada en la fenomenología de la vida cotidiana y del entorno doméstico.
Tecnología
El uso que damos por sentado de la televisión tiene que ser percibido como un logro que ha requerido tanto una formalización social de la producción de la tecnología en sí misma, como una formalización de su comercialización y su uso.
La sociología de la pantalla necesita tener en cuenta las formas en las que las tecnologías han sido socialmente configuradas. Las tecnologías son objetos simbólicos que están constantemente sujetos a un reconstrucción, a la afirmación o al rechazo y a una articulación múltiple, ya que su importancia y su propósito aparecen con su utilización cotidiana en los diferentes hogares (diferentes por su cultura, clase social, composición, etc).
Mediación y consumo
El telespectador es considerado de forma creciente como un participante activo de los temas y traumas de la televisión. Su compromiso activo proporciona un reto importante no sólo para la investigación académica, sino también, para la investigación de audiencias televisivas cuyo objeto sería asesorar a los realizadores de programas sobre lo que ocurre frente y alrededor de la pantalla.
Ver la televisión implica un compromiso, una adaptación a la cultura pública.
Un mejor entendimiento del consumo de los significados de la televisión no puede ser divorciado de un entendimiento de la dinámica del consumo como una globalidad dentro de la sociedad moderna.
Pantalla: no sólo el lugar desde el cual se transmiten los significados, sino que por sí misma está llena de sentido. Consumimos tanto los temas como las tecnologías.
Producción y regulación
La sociología de la pantalla también requiere una contextualización de la televisión dentro de la dinámica de una integración vertical y horizontal de las industrias de los medios.
La televisión por cable proporciona no sólo un cambio cuantitativo (más canales) sino también un cambio cualitativo. Esto define un nuevo reto para la sociología de la pantalla: ¿Qué tipo de libertades, para quienes, bajo qué circunstancias y con qué consecuencias serán generadas gracias a este entorno cambiante y a los usuarios que en número creciente utilizan con más frecuencia las teconologías de la comunicación y la información.
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